viernes, 10 de mayo de 2013

Hacienda Santa Rosa de Lima, Yucatan (Janeth Ramirez Salas)

Fachada de la Hacienda Santa Rosa en Yucatán, México.


La Hacienda Santa Rosa de Lima, vecina de las haciendas Granada, Kochol, Santo Domingo y Chunchucmil, está ubicadada en el municipio de Maxcanú, situado en el suroeste de la Península de Yucatán,México a unos 60 km de la ciudad de Mérida.
Las haciendas en Yucatán fueron organizaciones agrarias que surgieron en el siglo XVIII a diferencia de lo que ocurrió en el resto de México y en la América hispana, en que estas fincas se establecieron casi inmediatamente después de la conquista y durante el siglo XVII. En Yucatán, por razones geográficas, ecológicas y económicas, particularmente la pésima calidad del suelo y la falta de agua para regar, tuvieron las haciendas una aparición tardía.
Lo que ocurrió generalmente es que las fincas que primero fueron exclusivamente ganaderas, con una baja densidad de mano de obra, se convirtieron con el tiempo en haciendas maiceras y finalmente en haciendas henequeneras con grandes requerimientos de personal para el cultivo de la milpa, primero, y del agave, después. También se necesitaron obreros relativamente calificados para las unidades que incluían procesos industriales, como el de la desfibración de las pencas.
Una de las regiones de Yucatán en donde se establecieron primero haciendas maiceras y después henequeneras, fue la colindante y cercana con Mérida . A lo largo de los caminos principales como en el "camino real" entre Campeche y Mérida, también se ubicaron estas unidades productivas. Fue el caso de los latifundios de Yaxcopoil, Xtepén, Uayalceh, Temozón, Itzincab y San Antonio Sodzil, entre otros.1
Ya en el siglo XIX, durante y después de la llamada guerra de Castas, se establecieron las haciendas henequeneras en una escala más amplia en todo Yucatán, particularmente en la región centro norte, cuyas tierras tienen la vocación para el cultivo del henequén.
En el caso de Santa Rosa de Lima, al igual que la mayoría de las otras haciendas, dejaron de serlo, con peones para el cultivo de henequén, para convertirse en ejidos, es decir, en unidades colectivas autónomas, con derecho comunitario de propiedad de la tierra, a partir del año 1937, después de los decretos que establecieron la reforma agraria en Yucatán, promulgados por el presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Historia
En 1870, los hermanos José Dolores y Encarnación Guzmán heredaron de su madre la hacienda Santa Rosa de Lima. Hay registros de esa fecha de una casa de máquinas con caldera y motora de vapor. Cinco años más tarde era una de las pocas haciendas en las que perduraba el sistema de raspa "a fuerza de sangre". Hay constancia documental también de que en 1889 la familia Urcelay vende la hacienda a los hermanos García Fajardo, cuyas iniciales aparecen junto a la fecha 1901 en la chimenea de la nueva casa de máquinas, evidencia de instrumentos de raspa más modernos.
Tras la reforma agraria de 1937, que implicó la expropiación de la tierra, primero, y de la maquinaria después, sobrevino el descenso de la demanda de fibras naturales del mercado internacional, lo que dio lugar a que las haciendas productoras dehenequén entraran en un precipitado declive; en pocos años Santa Rosa de Lima vio menguar su terreno de 3 465 hectáreas a tan solo 276.
Poco después de que la hacienda Santa Rosa de Lima dejara de raspar henequén, cayó en el abandono que duró unos treinta años. El ingeniero don Enrique Vales Monforte fue su propietario hasta 1996, año en que la propiedad pasó a manos de una empresa particular que la restauró y habilitó para darle nueva vida como exclusivo hotel de lujo.
Pagaduría de la Hacienda Santa Rosa.


Arquitectura
A pesar de haber nacido como hacienda ganadera, Santa Rosa de Lima no conservó ninguno de los rasgos de aquella época. Al filo del cambio de siglo, entre 1899 y 1909, sus propietarios erigieron la casa principal, la capilla, la casa de máquinas, las bodegas y la pagaduría; la casa del capataz y el dispensario.
La hacienda se organiza, como la mayoría de las haciendas de fines del siglo XIX y principios del XX, sobre un eje axial de norte a sur, al que remata la casa principal. Ésta y la casa de máquinas forman una escuadra que delimita la plaza principal. En uno de los costados de esta plaza se encuentra el acceso para los trabajadores, y en el trayecto de este acceso a sus viviendas, la que fuera la tienda de raya. La iglesia y la escuela completan el conjunto.
La familia García Fajardo solía pasar largas temporadas en la hacienda, por lo que ésta fue dotada -a diferencia de otras haciendas de la época- de las instalaciones respectivas. La noria y su andén de techo de palma (palapa), el tanque de agua y sus vestidores a un lado, dan fe de ello.
Distingue los edificios de esta hacienda el diálogo de elementos coloniales con modernas formas geométricas en justo equilibrio entre la monumentalidad y la escala humana. Es notable, asimismo, por sus ejes bien marcados y sus amplios espacios abiertos, que organizan la estructura del pueblo en función de los procesos de la explotación de la fibra.


La hacienda a principios del siglo XXI


Piscina Hacienda Santa Rosa.


Restauración. Dadas las características arquitectónicas de los edificios y las áreas exteriores de la hacienda, su restauración pudo conservar o reproducir sus características originales. Lo que fuera despacho del hacendado y pagaduría forma un bloque peculiar con la casa del capataz. El edificio tiene un espacio cubierto con entresuelo de madera, que permite percibir el resto del interior como si fuera de doble altura, rara característica en construcciones de su época. La restauración de la chimenea implicó su limpieza detallada y el reemplazo de las piezas dañadas empleando mezcla y colores iguales a los originales.
Nueva vida. La hacienda Santa Rosa de Lima fue habilitada para cumplir funciones del todo ajenas a su pasada existencia, pero conservando la espléndida atmósfera de la época de auge del "oro verde", como se llamó a la fibra del henequén cuando ésta llevó a los hacendados a la cumbre del éxito económico. La restauracion fue realizada en 1996 por el Arquitecto Luis Bosoms 










sábado, 4 de mayo de 2013

hacienda chenche de las torres, Yucatán y hacienda juriquilla Qto.(Karla D.)

INTRODUCCIÖN: Las haciendas eran parte de un sistema económico comenzado por los españoles en el siglo XVI, similar al sistema feudal de Europa. Eran eficientes granjas y centros de manufacturación que producían carne y otros productos para exportación. Al pasar el tiempo las haciendas se convirtieron símbolos de salud económica y cultura, adornadas con arquitectura, muebles y arte de todas partes del mundo.

Desde los años 1600s hasta los principios de los 1900s, las haciendas fueron construidas en las áreas donde se produjeron o desarrollaron sus productos. Habían haciendas agriculturas en todo México, haciendas de ganado en el norte de México, haciendas de tequila en Jalisco, haciendas de minería en Hidalgo, haciendas de azúcar en Morelos, haciendas de madera en el estado de México, y haciendas de henequén en Yucatán.

            

La mayoría de las haciendas yucatecas en el siglo XIX producían soga de henequén, una planta variedad del cactus de agave, el cual era exportado por la creciente industria de transporte.

Las haciendas tenían grandísimos campos de henequén, atendidos por cientos de hombres; la casa principal era usualmente el edificio más grande, donde el hacendado tenía sus habitaciones centrales y donde la ocurría la mayor parte de la administración.

Impresionante construcción cuyo estilo arquitectónico, nos recuerda la época medieval, ya que tanto su casa principal como la casa de máquinas tienen grandes torres que asemejan un castillo.

En su construcción se pueden observar algunos escudos semejantes a los que fueran usados en Alemania e Inglaterra durante el Renacimiento.

A través de la maleza se puede observar su capilla.



HACIENDA JURIQUILLA, QUERÉTARO.
Juriquilla está en el norte del Valle de Querétaro, a pocos kilómetros de la ciudad; existió una hacienda ahí desde el siglo XVI debido a la fertilidad de las tierras. 
Antiguo asentamiento chichimeca, precolombino, conquistado por Conín, posteriormente hacienda y propiedad del cacicazgo de los Tapia.  
Durante el siglo XVII poco a poco la austeridad cedió el paso a fincas en que había grandes casas de gruesos muros con techos de vigas, tiendas, santuarios, cobertizos, graneros y viviendas para los peones.  



miércoles, 1 de mayo de 2013

Hacienda Poxilá, Yucatán. Teresa Padilla Glez.


Hacienda Poxilá , Yucatán 



 Poxilá presenta claros antecedentes de la época de la hacienda ganadero, maicera, y henequenero .

En el conjunto, el poblado y los edificios principales están claramente deslindados en Poxilá; excepto la capilla, que se integra al caserío, los edificios principales como la casa principal, la casa de máquinas con bodegas, la pagaduría y casa del encargado, se organizan en el interior de un terreno delimitado por un muro, con una plazoleta y su arco de acceso donde es posible reconocer el original corral principal de la hacienda ganadera, comunicado con otros corrales que continuaron cubriendo la misma función durante el período henequenero.

La casa principal, originalmente colonial, registra ampliaciones en el período henequenero, sin embargo, es un buen ejemplo de integración de dos épocas en donde, armonizan para producir un excelente resultado.



En su imagen permanecen elementos propios de la hacienda colonial como son: sencillez en su volumetría y decoración, el desplante de la casa y su escalinata de acceso a la construcción del corredor frontal y la integración de la capilla (privada cuando edificaron la pública) a esta vivienda.

Del período henequenero destaca el uso de nuevos materiales como la teja marsellesa en techumbres inclinadas soportadas sobre una estructura de madera, proporcionando una imagen novedosa y simultáneamente conservadora de su tradición.



La casa de máquinas, como la anterior, los edificios para la producción conformados por la casa de máquinas y la bodega, mantienen una adecuación tecnico-constructiva en donde la tradición y modernidad se integran. Sobre muros pétreos, y arcadas de medio punto, se deposita la techumbre inclinada de lámina metálica con su estructura de madera, que cubre toda el área del desfibrado del henequén, y el cobertizo del elevador, por donde accedía la penca hacia su transformación, este último espacio en particular, por su forma y estructura, es sin duda el que da continuidad formal y espacial entre la casa principal y la de máquinas.






lunes, 29 de abril de 2013

Hacienda Tetlapayac

Hacienda Tetlapayac
 Luis Andres Valdez Garcia
Hidalgo
 
El casco de la hacienda fue construido en diferentes etapas de los siglos XVI y XVIII y ha tenido reconstrucciones posteriores. En la actualidad cuenta con una capilla, un jardín central, caballerizas y despacho; resaltan las grandes trojes y en su tinacal sobresalen murales con faenas campiranas de la explotación del pulque pintados por el maestro Ernesto Icaza.



 


domingo, 28 de abril de 2013


Martín Robles Carrillo (Hacienda San José Chactun Yucatán)
Las Haciendas Mexicanas constaban además de grandes extensiones de tierra con el área habitacional llamada casco de la hacienda.


En el caso se ubicaba, la casa principal, el edificio más sobresaliente de una hacienda, donde vivían los propietarios de la hacienda.
Casa principal


 La Casa principal por lo general era en forma de L o U, alrededor de
un patio rectangular con arquería, rodeado de corredores que actuaban como distribuidor a las diferentes salas o habitaciones.
Fachada

 Eran por lo general de dos plantas y disponían de un gran número de jardines. 

Además de la casa principal el casco contaba con una capilla. 
Capilla

Casas de los trabajadores, edificios administrativos, tienda, huerto, caballerizas, corrales para ganado, bodegas de almacenamiento de la cosecha. Y dependiendo de lo que se producía en la hacienda eran las instalaciones especiales que se tenían, como pequeñas fábricas o molinos.


Tienda de raya

Casa de maquinas


 Los principales materiales utilizados en su construcción son piedra de cantera en fachadas y patios. Los muros secundarios eran de mampostería de adobe, techos de vigas de madera y cubierta de teja de barro.
Los pisos eran siempre de cantera o loseta de barro.
 
Entrada principal





El Palacio de Herrera: “Casa de los Perros”. Anayari Sánchez


La hacienda que a continuación se analizará se encuentra ubicada en Apaseo el Grande en Guanajuato.  Apaseo fue poblado desde mucho antes de la época colonial gracias a su gran abundancia de agua. Debido a esa abundancia, había manantiales tanto calientes como templados, en consecuencia las cosechas eran abundantes, cosa que los españoles notaron de inmediato. Apaseo es la segunda población más antigua del estado. 

La Casa de los Perros es considerada la mejor construcción colonial del siglo XVII. 
Se construyó aproximadamente en 1792. La Enciclopedia de México la describe de la siguiente manera: 

“Cuenta la ciudad con una de las casas más notables del país. Es una joya arquitectónica de estilo churrigueresco, con columnas de arcos lobulados y finos adornos de piedra que se deben a un maestro mexicano llamado Cornelio. La casa fue construida para don Francisco Herrera y todavía en 1970 se utilizaba como depósito de ajos. El interior no lleva murales, pero conserva aun parte de un empapelado al estilo barroco. Esta joya de la arquitectura virreinal tiene parecido a ciertas construcciones queretanas”.

El nombre original de la casa es, El Palacio de Herrera, posteriormente se le llamo “Casa de los Perros” ya que en la puerta principal tiene unas esculturas de dos perros en ambos lados.


Espacios Arquitectónicos

Actualmente el terreno donde se ubica la Casa de los Perros es de 2,833.76 m2. 
La casa grande tiene 1359.30 metros de construcción y una área libre de jardines de 1086.85 metros.

Los invernaderos y las área de servicio tienen un total de 387.60 m2. Los espacios cuentan con una altura de 5.40 metros.

El acceso principal desde la Plaza Juárez, se produce a través del zaguán, desde el cual nos permite acceder a una especie de galería o logia abierta hacia el patio central columnado. Alrededor de este patio, se ubican los diferentes espacios todos con ventanas y vistas hacia este patio y su fuente colocada en el centro. Los espacios que se encuentran alrededor de este patio son el comedor, ante comedor, la cocina, la capilla, sala, cuarto de asistencia, tienda, baño de visitas y las 8 recamaras cada una con su baño. Cinco de ellas frente al patio central y las otras tres con vista hacia el huerto.

Las bodegas, las áreas de servicio y su cocina se encuentran en la parte trasera así como los Invernaderos se colocan frente al huerto.

La Casa de Vigilancia se ubica a la entrada de la residencia justo después de la caseta de vigilancia. Tiene aproximadamente 125.69 metros de construcción y una área libre de 14.87 metros. Cuenta con cocina, sala, 2 recamaras, 2 baños completos y un patio de servicio. Los muros son de 15 CMS y su altura es de 3.50 metros. La fachada es disimulada con una serie de columna y arcos para de esta manera integrarlo a la arquitectura del resto de la casa.

Materiales

Los materiales que se utilizaron en esta hacienda en particular son prácticamente materiales naturales y del lugar. La Casa de los Perros fue construida con muros gruesos y pesados de piedra, con un grosor de 30 CMS. El acabado es de ,mezcla y pintura a la cal.

La pintura a la cal se utilizaba como control de humedad, además de que le da un acabado rustico a la hora de aplicar la pintura. Los techos como en todas las haciendas Mexicanas son construidos sobre vigas de madera las cuales se dejan aparentes dándole un toque acogedor. Las losas inclinadas se cubren con teja de barro ayudando al aislamiento. Los pisos son enladrillados, un material muy utilizado en esta zona del país además de que tiene la característica de mantenerse fresco. Las puertas y ventanas son de madera gruesa y los forjados característicos de la época de hierro.

La fachada tiene una mezcla de cantera del lugar con mezcla en acabado burdo.
La casa de vigilancia tiene muros de 15 CMS con exteriores en piedra e interiores de tabique con acabado de mezcla con pintura a la cal. El techo y el piso son prácticamente iguales a los de la casa grande.



Diseño pasivo

Los elementos principales de diseño pasivo que se utilizaron en la Casa de los Perros es el aislamiento térmico y la ventilación natural .

El aislamiento térmico se logra colocando muros de 30 CMS de piedra o adobe, recubriéndolos con mezcla y pintura a la cal para la humedad y buena conservación de los muros. Por medio de la logia se lograba tener sombreados y frescos los espacios alrededor de la gran galería protegiéndolos del sol en la época de verano.

La ventilación natural se logra a través del patio central. En algunos espacios las aberturas en ambos lados, en especial en las recamaras, crean una ventilación cruzada, logrado que el aire fresco atraviese. La fuente también juega un papel de suma importancia ya que el aire se refresca y logra mantener un ambiente aún más agradable por la evaporación.
En algunos espacios no se logra tener una ventilación cruzada pero debido a que el patio central es muy amplio la circulación del aire que se logra es muy agradable.

La iluminación también es favorecida por el patio central ya que la luz logra llegar sin ningún problema a todos los espacios por medio del gran número de ventanas y puertas que tienen vista a este gran espacio. El patio también se caracteriza por tener muchas plantas logrando en armonía con la fuente hacer de este espacio un lugar mágico y sumamente agradable. Este espacio ha perdurado a lo largo de los años y se ha convertido en un elemento característico de la arquitectura mexicana.




Ruben Nahum Ruelas Ortiz. Hacienda Kancabchén.

Hacienda Kancabchén.

Rescatada del abandono hace más de 15 años, se transforma en escenario de amplio proyecto ecoturístico y social por medio del cual se ofrece una visión de las tradiciones y costumbres de Yucatán.



 La hacienda, que pertenece a la familia Ponce García, es uno de los centros lecheros más grandes de la zona -se ubica en el municipio de Baca, a 22 kilómetros de Mérida- y también lugar de descanso y recreación para los propietarios, ya que cuenta con todas las comodidades.
El público en general puede disfrutar ahora de los atractivos de la centenaria hacienda, mediante recorridos turísticos o con motivo de recepciones sociales de bodas, XV años y convenciones.
El lugar es idóneo para estas actividades; goza de privacidad, limpieza, seguridad y cómodas instalaciones en las que se conserva el estilo arquitectónico típico de las haciendas henequeneras de Yucatán.
Además cuenta con diversos atractivos, como son: lienzo charro, zoológico y piscina, así como la presentación de bailables regionales, entre otras cosas.
La hacienda Kancabchén ("Pozo de tierra roja" en maya), que abarca una superficie de 230 hectáreas, surgió en 1890 para dedicarse a la actividad ganadera y henequenera.
El Sr. Pascual Gamboa Rivera fue el primer propietario, como se advierte en la casona principal donde aún se conserva un escudo con la inscripción de sus iniciales y una fecha presumiblemente de obras de remozamiento y ampliaciones.
Con la paulatina desaparición de la industria henequenera, el Sr. Gamboa Rivera vendió la propiedad a la Sra. Josefina Gamboa, quien fungió como dueña hasta 1985, año en que la familia Ponce García adquirió el inmueble para abrir un rancho lechero y un espacio de recreo y descanso.
La hacienda produce diariamente 1,200 litros de leche, que suministran 120 cabezas de ganado de las especies Suizo, Simmental y Beef Master.
Entre otros espacios, cuenta con una capilla que sería más grande que las iglesias de algunas poblaciones del interior del Estado.
El recinto religioso, con capacidad para 200 personas y cuyo patrono es San Antonio de Padua, tiene bancas con reclinatorios, buena ventilación -gracias a amplios ventanales abatibles-, altar y espacio para el Santísimo Sacramento; también, pila bautismal, confesionario y pinturas murales alusivas a pasajes bíblicos.
El acceso principal a la hacienda está resguardado por un portón de hierro en cuyo centro se observan las iniciales de la familia Ponce García.
En la hacienda hay un lienzo charro, que se ubica cerca de las caballerizas y bodegas. Sobre esta última área está "El casino", un rincón peculiar donde se ofrecen bailes tradicionales.
En el casco de la hacienda destacan amplios jardines ornamentados con "trucks" rebozantes de flores y plantas, maquinaria pintada de negro y una gran fuente.
La casa principal consta de dos niveles y varias piezas: biblioteca, sala, comedor, estancia, cocina, desayunador, sección de juegos, bar, dos sanitarios y ocho recámaras.
Un atractivo particular de la hacienda es el zoológico, que alberga 50 variedades de aves, mamíferos y reptiles, desde pollitos hasta cocodrilos de dos metros de largo.
También cuenta con palenque, donde los invitados pueden presenciar peleas de gallo.