domingo, 28 de abril de 2013

Eduardo Riva Palacio Guzmán, (Hacienda Cortés, Hacienda Yaxcopoil, Casa de los perros)

Tras la conquista de Tenochtitlán y el reparto por la Corona española de tierras de Nueva España, que intentó salvaguardar las tierras indígenas prohibiendo su posesión por los españoles, se produjo una violación sistemática de esta disposición, llegando incluso a concederse mercedes de ganado, por los virreyes, en estas tierras. La creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y ganaderos, propició la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado, y este fenómeno dio origen al surgimiento de la hacienda. La palabra Hacienda aparece usada por primera vez en Nueva España, en la segunda mitad del siglo XVI, en los planos de algunas propiedades de este tipo.
A partir del siglo XVII, la hacienda constituyó, en palabras de Terán Bonilla, una unidad productiva con una organización compleja, con unas características estructurales muy concretas:


  • Dominio sobre los recursos naturales de una zona (tierra y agua)
  • Dominio sobre la fuerza de trabajo
  • Dominio sobre los mercados regionales y locales
El auge principal de estas construcciones tuvo lugar en el siglo XVIII, especialmente en la zona de Puebla-Tlaxcala, donde aún permanecen más de cien de ellas. Tuvieron un papel muy importante en la historia y economía de Nueva España y, en muchos casos, se especializaron productivamente: ganaderas, azucareras, productoras de añil o de cacao, etc.
 
 
Las haciendas en México fueron un sistema económico durante la etapa comprendida entre la

Conquista y la Revolución Mexicana. El origen se dio a un sistema durante este tiempo

mediante el cual otorgaban tierras a los conquistadores y españoles a cambio de servicios

militares. A medida que las haciendas crecieron se convirtieron en estados federales las cuales

eran autosuficientes y su principal objetivo era explotar las tierras y resguardarlas de

bandoleros y saqueadores. El diseño y estilo arquitectónico de las dependencias de una

hacienda estaban determinados por la actividad que en ella se desarrollara.

En 1821 México se convirtió en una nación independiente entrando en un periodo de crisis

económica. De 1864 a 1867, los franceses llevaron a cabo la ocupación de México lo cual dio

origen a una influencia francesa tanto en arquitectura como en la cultura, perdurando hasta la

primera década del sigo XX. En el siglo XIX Porfirio Díaz , presidente de México en esa época,

ofreció nuevas extensiones para el establecimiento de haciendas, o para incrementar el

tamaño de las existentes.

La revolución de 1910-1920 dio fin a las haciendas. Pancho Villa, Venustiano Carranza y

Emiliano Zapata saquearon todas las haciendas, las tierras fueron devueltas a los indígenas y

a partir de entonces solo se permite la posesión de 80 hectáreas como máximo.

Aún podemos encontrar haciendas que son propiedad de descendientes de antiguos

hacendados. Otras desde la revolución fueron adquiridas por mexicanos y han tenido que ser

restauradas ya que los revolucionarios las destruyeron dejando solamente la obra negra, y

algunas otras fueron transformadas en hoteles y centros de convenciones. Actualmente las

haciendas las podemos ubicar en todo el territorio mexicano pero principalmente las ubicamos

en el centro del país, en la zona de Puebla – Tlaxcala y en los estados de Zacatecas, Morelos,

Yucatán, Hidalgo, Querétaro y Cuernavaca. La figura 1 muestra imágenes de La Hacienda

Cortes ubicada en Morelos Cuernavaca,







conocida como la ciudad de la eterna primavera.

Actualmente es un hotel pero fue propiedad de Hernán Cortes en 1529, fue el punto central del

desarrollo del cultivo de la caña y la producción de azúcar en la región.


Las haciendas de México encierran muchos secretos. Durante muchos años concentraron no

sólo la riqueza económica, sino también gran parte de la vida social y política del país.

Las Haciendas Mexicanas constaban además de grandes extensiones de tierra con el área

habitacional llamada casco de la hacienda. En el caso se ubicaba, la casa principal, el edificio

más sobresaliente de una hacienda, donde vivían los propietarios de la hacienda. La Casa

principal por lo general era en forma de L o U, alrededor de un patio rectangular con arquería,

rodeado de corredores que actuaban como distribuidor a las diferentes salas o habitaciones.

Eran por lo general de dos plantas y disponían de un gran número de jardines


Hacienda Yaxcopoil, Mérida Yucatán.



La Casa de los Perros es considerada la mejor construcción colonial del siglo XVII. Se

construyó aproximadamente en 1792. La Enciclopedia de México la describe de la siguiente

manera:

“Cuenta la ciudad con una de las casas más notables del país. Es una joya

arquitectónica de estilo churrigueresco, con columnas de arcos lobulados y finos adornos de

piedra que se deben a un maestro mexicano llamado Cornelio. La casa fue construida para don

Francisco Herrera y todavía en 1970 se utilizaba como depósito de ajos. El interior no lleva

murales, pero conserva aun parte de un empapelado al estilo barroco. Esta joya de la

arquitectura virreinal tiene parecido a ciertas construcciones queretanas”.


 

la fachada principal de la Casa de los Perros ubicada en la Plaza Juárez.

El nombre original de la casa es, El Palacio de Herrera, posteriormente se le llamo “Casa de los

Perros” ya que en la puerta principal tiene unas esculturas de dos perros en ambos lados,



Los materiales que se utilizaron en esta hacienda en particular son prácticamente materiales

naturales y del lugar. La Casa de los Perros fue construida con muros gruesos y pesados de

piedra, con un grosor de 30 CMS. El acabado es de ,mezcla y pintura a la cal. La pintura a la

cal se utilizaba como control de humedad, además de que le da un acabado rustico a la hora

de aplicar la pintura. Los techos como en todas las haciendas Mexicanas son construidos sobre

vigas de madera las cuales se dejan aparentes dándole un toque acogedor. Las losas

inclinadas se cubren con teja de barro ayudando al aislamiento. Los pisos son enladrillados, un

material muy utilizado en esta zona del país además de que tiene la característica de

mantenerse fresco. La Fig.14 muestra la logia donde se puede apreciar el contraste de las

vigas de madera con el color amarillo claro y la cantera de los arcos. Las puertas y ventanas

son de madera gruesa y los forjados característicos de la época de hierro.



En el núcleo que conforman los distintos edificios de una hacienda, encontramos tres grupos bien definidos de construcciones, en un plano claramente jerarquizado:
  • La vivienda señorial, realizada con materiales de mayor calidad (mampuesto, granito, mármol...), que incorporan usualmente elementos propios de la arquitectura urbana, tales como torres contrapeso, con remates elaborados, torres mirador, capillas, espadañas o magníficas portadas, singularizados como hitos destacados sobre las líneas de cubierta. En general, estos edificios, verdaderos palacios en muchos casos, siguen el estilo o corriente artística más acreditada en el momento de su construcción. El acceso a la vivienda señorial no se realiza desde el patio principal, sino desde un patio propio, que suele estar comunicado con aquél.
  • El conjunto de viviendas de encargados y personal fijo, situadas, junto con algunas construcciones de carácter auxiliar de tipo fabril, en torno al patio principal, al que se accede desde un portón exterior, usualmente rematado por un escudo u hornacina decorada, y que hace funciones de distribuidor. Suelen ser construcciones en tapial o ladrillo, con verdugadas en algunos lugares, esquinazos de mampuesto, rollizo sin desbastar en las armaduras, y todo encalado. Las cubiertas suelen ser a dos aguas, rematadas a veces en las fachadas del portón.
  • El conjunto de construcciones agrícolas y estancias para jornaleros y gañanes, incluido el comedor colectivo, que normalmente se disponían en torno a un segundo patio, posterior, relacionado con el principal, pero con acceso directo desde el exterior, por la zona de cuadras y corrales. Se construían en tapial y de forma más sencilla que el resto del conjunto.

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