lunes, 29 de abril de 2013

Hacienda Tetlapayac

Hacienda Tetlapayac
 Luis Andres Valdez Garcia
Hidalgo
 
El casco de la hacienda fue construido en diferentes etapas de los siglos XVI y XVIII y ha tenido reconstrucciones posteriores. En la actualidad cuenta con una capilla, un jardín central, caballerizas y despacho; resaltan las grandes trojes y en su tinacal sobresalen murales con faenas campiranas de la explotación del pulque pintados por el maestro Ernesto Icaza.



 


domingo, 28 de abril de 2013


Martín Robles Carrillo (Hacienda San José Chactun Yucatán)
Las Haciendas Mexicanas constaban además de grandes extensiones de tierra con el área habitacional llamada casco de la hacienda.


En el caso se ubicaba, la casa principal, el edificio más sobresaliente de una hacienda, donde vivían los propietarios de la hacienda.
Casa principal


 La Casa principal por lo general era en forma de L o U, alrededor de
un patio rectangular con arquería, rodeado de corredores que actuaban como distribuidor a las diferentes salas o habitaciones.
Fachada

 Eran por lo general de dos plantas y disponían de un gran número de jardines. 

Además de la casa principal el casco contaba con una capilla. 
Capilla

Casas de los trabajadores, edificios administrativos, tienda, huerto, caballerizas, corrales para ganado, bodegas de almacenamiento de la cosecha. Y dependiendo de lo que se producía en la hacienda eran las instalaciones especiales que se tenían, como pequeñas fábricas o molinos.


Tienda de raya

Casa de maquinas


 Los principales materiales utilizados en su construcción son piedra de cantera en fachadas y patios. Los muros secundarios eran de mampostería de adobe, techos de vigas de madera y cubierta de teja de barro.
Los pisos eran siempre de cantera o loseta de barro.
 
Entrada principal





El Palacio de Herrera: “Casa de los Perros”. Anayari Sánchez


La hacienda que a continuación se analizará se encuentra ubicada en Apaseo el Grande en Guanajuato.  Apaseo fue poblado desde mucho antes de la época colonial gracias a su gran abundancia de agua. Debido a esa abundancia, había manantiales tanto calientes como templados, en consecuencia las cosechas eran abundantes, cosa que los españoles notaron de inmediato. Apaseo es la segunda población más antigua del estado. 

La Casa de los Perros es considerada la mejor construcción colonial del siglo XVII. 
Se construyó aproximadamente en 1792. La Enciclopedia de México la describe de la siguiente manera: 

“Cuenta la ciudad con una de las casas más notables del país. Es una joya arquitectónica de estilo churrigueresco, con columnas de arcos lobulados y finos adornos de piedra que se deben a un maestro mexicano llamado Cornelio. La casa fue construida para don Francisco Herrera y todavía en 1970 se utilizaba como depósito de ajos. El interior no lleva murales, pero conserva aun parte de un empapelado al estilo barroco. Esta joya de la arquitectura virreinal tiene parecido a ciertas construcciones queretanas”.

El nombre original de la casa es, El Palacio de Herrera, posteriormente se le llamo “Casa de los Perros” ya que en la puerta principal tiene unas esculturas de dos perros en ambos lados.


Espacios Arquitectónicos

Actualmente el terreno donde se ubica la Casa de los Perros es de 2,833.76 m2. 
La casa grande tiene 1359.30 metros de construcción y una área libre de jardines de 1086.85 metros.

Los invernaderos y las área de servicio tienen un total de 387.60 m2. Los espacios cuentan con una altura de 5.40 metros.

El acceso principal desde la Plaza Juárez, se produce a través del zaguán, desde el cual nos permite acceder a una especie de galería o logia abierta hacia el patio central columnado. Alrededor de este patio, se ubican los diferentes espacios todos con ventanas y vistas hacia este patio y su fuente colocada en el centro. Los espacios que se encuentran alrededor de este patio son el comedor, ante comedor, la cocina, la capilla, sala, cuarto de asistencia, tienda, baño de visitas y las 8 recamaras cada una con su baño. Cinco de ellas frente al patio central y las otras tres con vista hacia el huerto.

Las bodegas, las áreas de servicio y su cocina se encuentran en la parte trasera así como los Invernaderos se colocan frente al huerto.

La Casa de Vigilancia se ubica a la entrada de la residencia justo después de la caseta de vigilancia. Tiene aproximadamente 125.69 metros de construcción y una área libre de 14.87 metros. Cuenta con cocina, sala, 2 recamaras, 2 baños completos y un patio de servicio. Los muros son de 15 CMS y su altura es de 3.50 metros. La fachada es disimulada con una serie de columna y arcos para de esta manera integrarlo a la arquitectura del resto de la casa.

Materiales

Los materiales que se utilizaron en esta hacienda en particular son prácticamente materiales naturales y del lugar. La Casa de los Perros fue construida con muros gruesos y pesados de piedra, con un grosor de 30 CMS. El acabado es de ,mezcla y pintura a la cal.

La pintura a la cal se utilizaba como control de humedad, además de que le da un acabado rustico a la hora de aplicar la pintura. Los techos como en todas las haciendas Mexicanas son construidos sobre vigas de madera las cuales se dejan aparentes dándole un toque acogedor. Las losas inclinadas se cubren con teja de barro ayudando al aislamiento. Los pisos son enladrillados, un material muy utilizado en esta zona del país además de que tiene la característica de mantenerse fresco. Las puertas y ventanas son de madera gruesa y los forjados característicos de la época de hierro.

La fachada tiene una mezcla de cantera del lugar con mezcla en acabado burdo.
La casa de vigilancia tiene muros de 15 CMS con exteriores en piedra e interiores de tabique con acabado de mezcla con pintura a la cal. El techo y el piso son prácticamente iguales a los de la casa grande.



Diseño pasivo

Los elementos principales de diseño pasivo que se utilizaron en la Casa de los Perros es el aislamiento térmico y la ventilación natural .

El aislamiento térmico se logra colocando muros de 30 CMS de piedra o adobe, recubriéndolos con mezcla y pintura a la cal para la humedad y buena conservación de los muros. Por medio de la logia se lograba tener sombreados y frescos los espacios alrededor de la gran galería protegiéndolos del sol en la época de verano.

La ventilación natural se logra a través del patio central. En algunos espacios las aberturas en ambos lados, en especial en las recamaras, crean una ventilación cruzada, logrado que el aire fresco atraviese. La fuente también juega un papel de suma importancia ya que el aire se refresca y logra mantener un ambiente aún más agradable por la evaporación.
En algunos espacios no se logra tener una ventilación cruzada pero debido a que el patio central es muy amplio la circulación del aire que se logra es muy agradable.

La iluminación también es favorecida por el patio central ya que la luz logra llegar sin ningún problema a todos los espacios por medio del gran número de ventanas y puertas que tienen vista a este gran espacio. El patio también se caracteriza por tener muchas plantas logrando en armonía con la fuente hacer de este espacio un lugar mágico y sumamente agradable. Este espacio ha perdurado a lo largo de los años y se ha convertido en un elemento característico de la arquitectura mexicana.




Ruben Nahum Ruelas Ortiz. Hacienda Kancabchén.

Hacienda Kancabchén.

Rescatada del abandono hace más de 15 años, se transforma en escenario de amplio proyecto ecoturístico y social por medio del cual se ofrece una visión de las tradiciones y costumbres de Yucatán.



 La hacienda, que pertenece a la familia Ponce García, es uno de los centros lecheros más grandes de la zona -se ubica en el municipio de Baca, a 22 kilómetros de Mérida- y también lugar de descanso y recreación para los propietarios, ya que cuenta con todas las comodidades.
El público en general puede disfrutar ahora de los atractivos de la centenaria hacienda, mediante recorridos turísticos o con motivo de recepciones sociales de bodas, XV años y convenciones.
El lugar es idóneo para estas actividades; goza de privacidad, limpieza, seguridad y cómodas instalaciones en las que se conserva el estilo arquitectónico típico de las haciendas henequeneras de Yucatán.
Además cuenta con diversos atractivos, como son: lienzo charro, zoológico y piscina, así como la presentación de bailables regionales, entre otras cosas.
La hacienda Kancabchén ("Pozo de tierra roja" en maya), que abarca una superficie de 230 hectáreas, surgió en 1890 para dedicarse a la actividad ganadera y henequenera.
El Sr. Pascual Gamboa Rivera fue el primer propietario, como se advierte en la casona principal donde aún se conserva un escudo con la inscripción de sus iniciales y una fecha presumiblemente de obras de remozamiento y ampliaciones.
Con la paulatina desaparición de la industria henequenera, el Sr. Gamboa Rivera vendió la propiedad a la Sra. Josefina Gamboa, quien fungió como dueña hasta 1985, año en que la familia Ponce García adquirió el inmueble para abrir un rancho lechero y un espacio de recreo y descanso.
La hacienda produce diariamente 1,200 litros de leche, que suministran 120 cabezas de ganado de las especies Suizo, Simmental y Beef Master.
Entre otros espacios, cuenta con una capilla que sería más grande que las iglesias de algunas poblaciones del interior del Estado.
El recinto religioso, con capacidad para 200 personas y cuyo patrono es San Antonio de Padua, tiene bancas con reclinatorios, buena ventilación -gracias a amplios ventanales abatibles-, altar y espacio para el Santísimo Sacramento; también, pila bautismal, confesionario y pinturas murales alusivas a pasajes bíblicos.
El acceso principal a la hacienda está resguardado por un portón de hierro en cuyo centro se observan las iniciales de la familia Ponce García.
En la hacienda hay un lienzo charro, que se ubica cerca de las caballerizas y bodegas. Sobre esta última área está "El casino", un rincón peculiar donde se ofrecen bailes tradicionales.
En el casco de la hacienda destacan amplios jardines ornamentados con "trucks" rebozantes de flores y plantas, maquinaria pintada de negro y una gran fuente.
La casa principal consta de dos niveles y varias piezas: biblioteca, sala, comedor, estancia, cocina, desayunador, sección de juegos, bar, dos sanitarios y ocho recámaras.
Un atractivo particular de la hacienda es el zoológico, que alberga 50 variedades de aves, mamíferos y reptiles, desde pollitos hasta cocodrilos de dos metros de largo.
También cuenta con palenque, donde los invitados pueden presenciar peleas de gallo.

EX HACIENDA LA GUAYANA  (MARTHA ADRIANA GALINDO PELAYO)


Notable ejemplo de lo que fuera la decoración de una hacienda es el de La Guayana, propiedad del licenciado César Muñoz. En su esplendor se desempeñó como hacienda ganadera y de agricultura y se caracterizó, además, por tener algunos de los caballos de raza más finos de la región. Aunque su fachada es austera, el interior es, prácticamente, un museo. Los corredores que comunican los jardines y los patios ostentan arquerías de medio punto y algunos arcos volados. Los muebles de las habitaciones son de maderas finas y las mesas y tocadores se combinan con losas de mármol. Las paredes y los techos interiores tienen decorados estilo francés, mientras que algunas paredes que dan a los jardines se cubren con mosaicos policromos. Los vidrios de las habitaciones son opacos y en otros rincones el vitral permite el paso de la luz. Alfombras y cortinas de elegantes diseños complementan los diferentes espacios mostrando la hacienda como en sus mejores tiempos. 

Sergio Jesus Gallegos Garcia

Haciendas mexicanas: 
Alojarse en monumentos históricos con todo el sabor del pasado
 
Si México es un país que destaca por la increíble mezcolanza de razas, culturas e influencias que a lo largo de los siglos han habitado y visitado su territorio. Si la hospitalidad es una de las cualidades más llamativas y apreciadas de sus habitantes. Si su riqueza arquitectónica es insuperable... nada mejor que disfrutar de la fusión de todas estas  características alojándose, comiendo o simplemente visitando sus famosas haciendas. 
Aunque Jalisco, Yucatán, Hidalgo y Campeche son los estados con mayor número de haciendas, por todo el país pueden encontrarse estos rehabilitados edificios históricos, fundamentalmente casas palaciegas y antiguos monasterios, construidos entre los siglos XVI y XIX.  
Las haciendas mexicanas, formaban parte de un sistema económico iniciado por los españoles en el siglo XVI Se trataba de eficientes granjas y centros manufactureros en los que se producía carne y otros productos para la exportación: azúcar, alcohol, vino, trigo, pulque... En ocasiones eran también, como en el caso de las de Guanajuato, sede de las empresas dedicadas a la explotación de oro y plata.  
Como en las plantaciones sureñas de Estados Unidos, en las haciendas se ponía de manifiesto el sistema de castas, con los hacendados y los indígenas, que habitaban edificios bien diferenciados: la lujosa casona principal y las pobres viviendas. Unos inmuebles que compartían espacio con las edificaciones que servían de cuarto de máquinas, de almacén... y que en muchos casos todavía hoy se conservan.  
En el siglo XIX, la mayor parte de las haciendas, sobre todo las de Yucatán, producían soga de henequén, una fibra natural variedad del cactus de agave para producir cordeles que adquirió gran demanda en el siglo XX, en el período de entreguerras, y que enriqueció a los propietarios de estas fincas. 
Así, con el paso del tiempo, las haciendas fueron reflejando el nivel económico alcanzado por sus propietarios y se convirtieron también en fincas de recreo, símbolos de salud y cultura: Un apogeo que derivó en un desarrollo arquitectónico espectacular, acompañado en el interior de muebles, antigüedades y obras de arte procedentes de todo el mundo, y en el exterior de la plantación de bellos jardines con fuentes, capillas, claustros y todo tipo de sofisticados detalles, incluso en ocasiones pequeños acueductos. 
Muchas de estas haciendas han sido restauradas y reconvertidas en hermosos hoteles, con elegantes cuartos, suntuosos restaurantes y una oferta gastronómica espectacular. Todo rodeado de magníficos entornos, ya sean en el centro de las más bellas localidades mexicanas o en el campo.
colonial high ceilings
Hoy, el visitante puede dormir en antiguos conventos y monasterios, en edificios históricos construidos por Hernán Cortés y su familia, en haciendas levantadas sobre ruinas mayas... inmuebles que atestiguan el esplendor de la arquitectura colonial y el misterio de civilizaciones precolombinas. Edificios cuyos muros han sido testigo de cinco siglos de intensa historia, desde la presencia de los conquistadores españoles, a las reuniones de la revolución. Por muchos de ellos pasaron Hernán Cortés, el emperador Maximiliano, el General Santa Anna, Pancho Villa y Emiliano Zapata. 
Son hoteles, restaurantes y museos que brindan el sabor y la nostalgia del México de antaño, con las comodidades y actividades del mundo de hoy. Conservan sus más sofisticados detalles, antigüedades y colecciones de arte. Están rodeadas de bellos jardines, piscinas, fuentes de cantera, capillas, exóticas aves. Y ofrecen una atractiva gama de posibilidades: visitas a los alrededores, paseos en antiguos medios de transportes... y en algunas incluso la posibilidad de disfrutar de pequeñas plazas de toros.
El esfuerzo emprendedor de los propietarios de estos inmuebles históricos, que los ha convertido en pioneros en un nuevo tipo de oferta turística, se ha unido al trabajo de las autoridades del país. A través de un intenso programa de trabajo, se han ido catalogando los inmuebles y se ha cuidado su rehabilitación hasta el último detalle. Las visitas a su entorno, ya sean ciudades coloniales, sitios de interés arqueológico o paraísos naturales, completan una iniciativa que permite a los turistas entrar y disfrutar de construcciones con todo el sabor de la historia mexicana. 
Las Haciendas son, en definitiva, bellos trozos de la historia mexicana, preparados para acoger, mimar y recrear al visitante. 
Acerca de México
México cuenta con una riqueza cultural, histórica y turística que no es superada por ningún otro país del mundo. Tiene una posición geográfica privilegiada y dispone de una excelente infraestructura hotelera y de servicios. La variedad y calidad de los servicios con que cuentan muchos de los hoteles, hacen del país uno de los mejores destinos turísticos del mundo.
Del Pacífico al Caribe, del desierto a la selva tropical, del altiplano a los volcanes nevados, México ofrece en su increíble variedad de luz, de color y de paisajes, una profunda unidad como nación que se adapta al progreso conservando con orgullosa dignidad, las raíces de sus ancestrales culturas. Ningún otro país del "Nuevo Mundo" ofrece al turismo riquezas similares: Gastronomía, playa, sitios arqueológicos grandiosos, historia, folklore y arte colonial.  

Gabriela Estrada López- Hacienda San Gabriel, Guanajuato


Desde 1979 el Museo Exhacienda San Gabriel de Barrera, ofrece a los visitantes de la ciudad un verde y colorido recorrido en el que las bellezas arquitectónicas se conjugan con diferentes ambientes. El museo brinda a nuestros visitantes un pródigo reposo de belleza, pasado y tradiciones.
Conocida originalmente con el nombre de Exhacienda de Barrera Grande, cuenta con 22 mil metros cuadrados de extensión y el acceso original es por un puente sobre el río Guanajuato.

A finales del siglo XVII, el Capitán Gabriel de la Barrera fundó la dinastía de la familia Barrera y con ello la serie de Haciendas de Beneficiar metales que llevarían este apellido, Hacienda de Barrera Grande, de Barrera de En Medio, Hacienda de San Antonio de Barrera, de Dolores y de Sacramento.

El interior de la Hacienda está dividida en tres partes: la primera, destinada a la casa habitación, oficinas y áreas de recreo (actualmente parte del Museo); la segunda parte, para los servicios religiosos en donde se levanta la pequeña capilla que cuenta con un Retablo del Siglo XV Español; y la tercera y última parte, en la que fue el laboreo, en donde se encontraban los patios para la amalgamación, galeras, almacén de mineral, acueductos, norias, estanques y caballerizas.
Las áreas que originalmente se destinaban al trabajo de beneficio de metales son ahora 17 hermosos jardines cada uno con un estilo propio.

A través de los siglos, la Hacienda pasó por diferentes manos y en el año de 1947 con el último dueño particular, la señora Elsa Bas de Armida, la Hacienda sufre una transformación hasta lucir como ahora la conocemos. En el año de 1975 la adquiere el Gobierno del Estado de Guanajuato.

Fue sin duda la más importante de las Haciendas, que hoy en día es la más hermosa como puede comprobarse al visitarla.

Actualmente la Hacienda cuenta con otros servicios como son: renta de jardines para todo tipo de eventos, servicio de cafetería-bar y Tienda de Artesanías.

          

Lupita De La Riva De La Torre Ex hacienda San Gabriel de Barrera


 

Se denomina hacienda a una finca agrícola, de gran tamaño, generalmente una explotación de carácter latifundista, con un núcleo de viviendas, normalmente de alto valor arquitectónico. Sistema de propiedad de origen español, concretamente andaluz, el modelo fue exportado a América durante la época colonial.

ORIGEN

Tras la conquista de Tenochtitlán y el reparto por la Corona española de tierras de Nueva España, que intentó salvaguardar las tierras indígenas prohibiendo su posesión por los españoles, se produjo una violación sistemática de esta disposición, llegando incluso a concederse mercedes de ganado, por los virreyes, en estas tierras. La creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y ganaderos, propició la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado, y este fenómeno dio origen al surgimiento de la hacienda.  

CARACTERISTICAS

En el núcleo que conforman los distintos edificios de una hacienda, encontramos tres grupos bien definidos de construcciones, en un plano claramente jerarquizado:
  • La vivienda señorial, realizada con materiales de mayor calidad (mampuesto, granito, mármol...), que incorporan usualmente elementos propios de la arquitectura urbana, tales como torres contrapeso, con remates elaborados, torres mirador, capillas, espadañas o magníficas portadas, singularizados como hitos destacados sobre las líneas de cubierta. En general, estos edificios, verdaderos palacios en muchos casos, siguen el estilo o corriente artística más acreditada en el momento de su construcción. El acceso a la vivienda señorial no se realiza desde el patio principal, sino desde un patio propio, que suele estar comunicado con aquél.
  • El conjunto de viviendas de encargados y personal fijo, situadas, junto con algunas construcciones de carácter auxiliar de tipo fabril, en torno al patio principal, al que se accede desde un portón exterior, usualmente rematado por un escudo u hornacina decorada, y que hace funciones de distribuidor. Suelen ser construcciones en tapial o ladrillo, con verdugadas en algunos lugares, esquinazos de mampuesto, rollizo sin desbastar en las armaduras, y todo encalado. Las cubiertas suelen ser a dos aguas, rematadas a veces en las fachadas del portón.
  • El conjunto de construcciones agrícolas y estancias para jornaleros y gañanes, incluido el comedor colectivo, que normalmente se disponían en torno a un segundo patio, posterior, relacionado con el principal, pero con acceso directo desde el exterior, por la zona de cuadras y corrales. Se construían en tapial y de forma más sencilla que el resto del conjunto.


Ex Hacienda San Gabriel de Barrera

La Ex Hacienda del Siglo XVIII cuenta con una casona colonial en donde se exhiben pinturas, muebles y tapices del siglo XVIII. Además cuenta con 17 admirables jardines de distintos estilos.

Antiguo beneficio de metales que perteneció al hacendado Gabriel Barrera. Su apogeo lo vivió durante el siglo XVIII y actualmente esta destinado para albergar 17 jardines, muy originales, en los que se cultivan y cuidan distintos tipos de vegetación. Su decoración es antigua y exquisita, así las personas que lo visitan no solo se deleitan por la extraordinaria naturaleza, también por el buen gusto de los detalles que la rodean.
Conocida originalmente con el nombre de Ex Hacienda de Barrera Grande, cuenta con 22 mil metros cuadrados de extensión y el acceso original es por un puente sobre el río Guanajuato.

A finales del siglo XVII, el capitán Gabriel de la Barrera fundó la dinastía de la familia Barrera y con ello la serie de haciendas de beneficio de metales que llevarían este apellido: Hacienda de Barrera Grande, de Barrera de En Medio, Hacienda de San Antonio de Barrera, de Dolores y de Sacramento.
El interior de la Hacienda está dividida en tres partes: la primera, destinada a la casa habitación, oficinas y áreas de recreo (actualmente parte del Museo); la segunda parte, para los servicios religiosos en donde se levanta la pequeña capilla que cuenta con un Retablo del Siglo XV Español; y la tercera y última parte, en la que fue el laboreo, en donde se encontraban los patios para la amalgamación, galeras, almacén de mineral, acueductos, norias, estanques y caballerizas.
 Las áreas que originalmente se destinaban al trabajo de beneficio de metales son ahora 17 hermosos jardines cada uno con un estilo propio.

Eduardo Riva Palacio Guzmán, (Hacienda Cortés, Hacienda Yaxcopoil, Casa de los perros)

Tras la conquista de Tenochtitlán y el reparto por la Corona española de tierras de Nueva España, que intentó salvaguardar las tierras indígenas prohibiendo su posesión por los españoles, se produjo una violación sistemática de esta disposición, llegando incluso a concederse mercedes de ganado, por los virreyes, en estas tierras. La creciente demanda interna y externa de productos agrícolas y ganaderos, propició la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado, y este fenómeno dio origen al surgimiento de la hacienda. La palabra Hacienda aparece usada por primera vez en Nueva España, en la segunda mitad del siglo XVI, en los planos de algunas propiedades de este tipo.
A partir del siglo XVII, la hacienda constituyó, en palabras de Terán Bonilla, una unidad productiva con una organización compleja, con unas características estructurales muy concretas:


  • Dominio sobre los recursos naturales de una zona (tierra y agua)
  • Dominio sobre la fuerza de trabajo
  • Dominio sobre los mercados regionales y locales
El auge principal de estas construcciones tuvo lugar en el siglo XVIII, especialmente en la zona de Puebla-Tlaxcala, donde aún permanecen más de cien de ellas. Tuvieron un papel muy importante en la historia y economía de Nueva España y, en muchos casos, se especializaron productivamente: ganaderas, azucareras, productoras de añil o de cacao, etc.
 
 
Las haciendas en México fueron un sistema económico durante la etapa comprendida entre la

Conquista y la Revolución Mexicana. El origen se dio a un sistema durante este tiempo

mediante el cual otorgaban tierras a los conquistadores y españoles a cambio de servicios

militares. A medida que las haciendas crecieron se convirtieron en estados federales las cuales

eran autosuficientes y su principal objetivo era explotar las tierras y resguardarlas de

bandoleros y saqueadores. El diseño y estilo arquitectónico de las dependencias de una

hacienda estaban determinados por la actividad que en ella se desarrollara.

En 1821 México se convirtió en una nación independiente entrando en un periodo de crisis

económica. De 1864 a 1867, los franceses llevaron a cabo la ocupación de México lo cual dio

origen a una influencia francesa tanto en arquitectura como en la cultura, perdurando hasta la

primera década del sigo XX. En el siglo XIX Porfirio Díaz , presidente de México en esa época,

ofreció nuevas extensiones para el establecimiento de haciendas, o para incrementar el

tamaño de las existentes.

La revolución de 1910-1920 dio fin a las haciendas. Pancho Villa, Venustiano Carranza y

Emiliano Zapata saquearon todas las haciendas, las tierras fueron devueltas a los indígenas y

a partir de entonces solo se permite la posesión de 80 hectáreas como máximo.

Aún podemos encontrar haciendas que son propiedad de descendientes de antiguos

hacendados. Otras desde la revolución fueron adquiridas por mexicanos y han tenido que ser

restauradas ya que los revolucionarios las destruyeron dejando solamente la obra negra, y

algunas otras fueron transformadas en hoteles y centros de convenciones. Actualmente las

haciendas las podemos ubicar en todo el territorio mexicano pero principalmente las ubicamos

en el centro del país, en la zona de Puebla – Tlaxcala y en los estados de Zacatecas, Morelos,

Yucatán, Hidalgo, Querétaro y Cuernavaca. La figura 1 muestra imágenes de La Hacienda

Cortes ubicada en Morelos Cuernavaca,







conocida como la ciudad de la eterna primavera.

Actualmente es un hotel pero fue propiedad de Hernán Cortes en 1529, fue el punto central del

desarrollo del cultivo de la caña y la producción de azúcar en la región.


Las haciendas de México encierran muchos secretos. Durante muchos años concentraron no

sólo la riqueza económica, sino también gran parte de la vida social y política del país.

Las Haciendas Mexicanas constaban además de grandes extensiones de tierra con el área

habitacional llamada casco de la hacienda. En el caso se ubicaba, la casa principal, el edificio

más sobresaliente de una hacienda, donde vivían los propietarios de la hacienda. La Casa

principal por lo general era en forma de L o U, alrededor de un patio rectangular con arquería,

rodeado de corredores que actuaban como distribuidor a las diferentes salas o habitaciones.

Eran por lo general de dos plantas y disponían de un gran número de jardines


Hacienda Yaxcopoil, Mérida Yucatán.



La Casa de los Perros es considerada la mejor construcción colonial del siglo XVII. Se

construyó aproximadamente en 1792. La Enciclopedia de México la describe de la siguiente

manera:

“Cuenta la ciudad con una de las casas más notables del país. Es una joya

arquitectónica de estilo churrigueresco, con columnas de arcos lobulados y finos adornos de

piedra que se deben a un maestro mexicano llamado Cornelio. La casa fue construida para don

Francisco Herrera y todavía en 1970 se utilizaba como depósito de ajos. El interior no lleva

murales, pero conserva aun parte de un empapelado al estilo barroco. Esta joya de la

arquitectura virreinal tiene parecido a ciertas construcciones queretanas”.


 

la fachada principal de la Casa de los Perros ubicada en la Plaza Juárez.

El nombre original de la casa es, El Palacio de Herrera, posteriormente se le llamo “Casa de los

Perros” ya que en la puerta principal tiene unas esculturas de dos perros en ambos lados,



Los materiales que se utilizaron en esta hacienda en particular son prácticamente materiales

naturales y del lugar. La Casa de los Perros fue construida con muros gruesos y pesados de

piedra, con un grosor de 30 CMS. El acabado es de ,mezcla y pintura a la cal. La pintura a la

cal se utilizaba como control de humedad, además de que le da un acabado rustico a la hora

de aplicar la pintura. Los techos como en todas las haciendas Mexicanas son construidos sobre

vigas de madera las cuales se dejan aparentes dándole un toque acogedor. Las losas

inclinadas se cubren con teja de barro ayudando al aislamiento. Los pisos son enladrillados, un

material muy utilizado en esta zona del país además de que tiene la característica de

mantenerse fresco. La Fig.14 muestra la logia donde se puede apreciar el contraste de las

vigas de madera con el color amarillo claro y la cantera de los arcos. Las puertas y ventanas

son de madera gruesa y los forjados característicos de la época de hierro.



En el núcleo que conforman los distintos edificios de una hacienda, encontramos tres grupos bien definidos de construcciones, en un plano claramente jerarquizado:
  • La vivienda señorial, realizada con materiales de mayor calidad (mampuesto, granito, mármol...), que incorporan usualmente elementos propios de la arquitectura urbana, tales como torres contrapeso, con remates elaborados, torres mirador, capillas, espadañas o magníficas portadas, singularizados como hitos destacados sobre las líneas de cubierta. En general, estos edificios, verdaderos palacios en muchos casos, siguen el estilo o corriente artística más acreditada en el momento de su construcción. El acceso a la vivienda señorial no se realiza desde el patio principal, sino desde un patio propio, que suele estar comunicado con aquél.
  • El conjunto de viviendas de encargados y personal fijo, situadas, junto con algunas construcciones de carácter auxiliar de tipo fabril, en torno al patio principal, al que se accede desde un portón exterior, usualmente rematado por un escudo u hornacina decorada, y que hace funciones de distribuidor. Suelen ser construcciones en tapial o ladrillo, con verdugadas en algunos lugares, esquinazos de mampuesto, rollizo sin desbastar en las armaduras, y todo encalado. Las cubiertas suelen ser a dos aguas, rematadas a veces en las fachadas del portón.
  • El conjunto de construcciones agrícolas y estancias para jornaleros y gañanes, incluido el comedor colectivo, que normalmente se disponían en torno a un segundo patio, posterior, relacionado con el principal, pero con acceso directo desde el exterior, por la zona de cuadras y corrales. Se construían en tapial y de forma más sencilla que el resto del conjunto.